martes, 17 de noviembre de 2009

MI PERCEPCION SOBRE LA RELACION COMUNICACION Y EDUCACION

Es extraño, pero actualmente en un mundo donde los medios de comunicación nos invaden, parece que los lazos de comunicación cada vez se están perdiendo más o se vuelven menos personalizados.
Y es que muchas veces se confunde el hecho de tener acceso a información con el acto de la comunicación como tal. Al respecto, Correa nos dice que la comunicación es “la acción de poner en común, de ponernos de acuerdo para coordinar la acción”. Por tanto, comunicar va más allá de solo recibir o transmitir información, pues en el proceso debe estar inmerso un constante intercambio de ideas para llegar a un acuerdo.
Este proceso de comunicación es indispensable en la educación, pues mediante el se llega a la construcción de significados de la información recibida o generada.
Ahora bien otros elementos importantes en este proceso de comunicación son el clima emocional y afectivo que se genere en el grupo y la comunicación no verbal dada por transmisores y receptores. Estos factores son decisivos para el éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje y sin embargo no depende totalmente del docente poder controlar la presencia positiva de los mismos; por lo tanto y debemos procurar que el alumno llegue a una autorregulación de estos procesos y a una motivación intrínseca, para que siempre logre llegar a alcanzar sus objetivos.
Por lo anterior, la tarea educativa del docente ante el predominio de los medios de comunicación, consiste en “contribuir a la formación de perceptores críticos y creadores, capaces de asumir actitudes de reconfiguración, construcción y búsqueda del verdadero significado de las imágenes y símbolos en los que niños, jóvenes y adultos están inmersos, a fin de evitar que sean alienados y desubicados de la realidad” (Correa). Se torna necesario que los docentes reflexionen sobre cómo se da el proceso de comunicación, a fin de articularla con múltiples formas de expresión.
Al respecto me surge una pregunta, ¿actualmente verdaderamente se da un proceso de comunicación en el aula o aún prevalece un modelo unidireccional donde el proceso de transmisión se reserva únicamente para el docente y el papel del alumno es de mero receptor?
En estos tiempos donde se bombardea de información se hace necesario que ese proceso unidireccional se deje de lado y se pase a un proceso de interactividad en donde los canales o medios que utilice el comunicador sean los mejores. El uso pedagógico de las nuevas tecnologías es una de las alternativas en este proceso, ya que mediante estas se fomenta el intercambio de roles entre emisores y receptores, estudiantes y profesores, en donde las relaciones pedagógicas que se establecen son actos intrínsecamente culturales que inciden profundamente en la calidad de la educación y en el desarrollo humano.
Ahora bien, debemos permitir que las relaciones se lleven a cabo a través de un esfuerzo por lograr la mediación pedagógica.
De acuerdo con Correa, "llamamos mediación pedagógica a toda intervención capaz de promover y acompañar el aprendizaje de nuestros interlocutores, es decir, de promover en los educandos la tarea de construirse y de apropiarse del mundo y de sí mismos".
Para ello es preciso revisar y analizar desde la perspectiva de la mediación pedagógica cada uno de los medios y materiales que se utilizan para la educación,que nos sirvan como herramienta para fomentar diversas interacciones mediatizadas por el profesor, los alumnos, los contenidos, los medios.
Una de estas herramientas es la tecnología la cual no es neutra, en el sentido de que su uso proporciona nuevos conocimientos del objeto, transformando por la mediación la experiencia intelectual y afectiva del ser humano, individualmente y en colectividad; posibilitando interferir, manipular, actuar mental o físicamente sobre nuevas formas.
Por tanto, debemos reconocer el papel del educador como mediador y el papel de estas tecnologías como mediadoras de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, y no tratar de ser los conductores y únicos transmisores de la información, pues en la actualidad el papel protagónico lo debe tener el alumno ya que es él quien construye su propio aprendizaje dándole significado a la información que recibe de acuerdo a su contexto y experiencias de vida.
Las instituciones dedicadas a la educación tienen un compromiso pedagógico con sus estudiantes y con la sociedad en general y, por ende, una tarea muy seria, que es la de acompañar a sus estudiantes en un verdadero proceso de formación integral
De esta manera, se torna necesario reflexionar sobre la función social del saber que se obtiene y se desarrolla a través de la mediación pedagógica, donde necesariamente entran en escena el maestro, el estudiante, el conocimiento, las tecnologías informáticas y la cultura en un entorno específico.

martes, 10 de noviembre de 2009

¿EL APRENDIZAJE ES ALGO TAN TRIVIAL QUE SE PUEDE OBSERVAR Y MEDIR CON BASE A SIMPLES PREGUNTAS?


El aprendizaje es único, irrepetible e individual, y debido a estas características tan importantes el proceso de observación y medición del mismo debe ser puntual, elaborado, sistemático e individualizado; por tanto el aprendizaje no puede ser trivial.
El aprendizaje es la autoconstrucción de sí mismo, y en definitiva esta autoconstrucción no puede ser trivial. Estamos hablando de la formación integral de un ser humano, de la reestructuración de sus conocimientos, habilidades y actitudes… de la formación de la personalidad. “Al aprender el ser humano se transforma” (Vargas, 2005).
Si consideramos que en el aprendizaje, "la adquisición y la retención de conocimientos son el producto de un proceso activo, integrador e interactivo entre el material de instrucción y las ideas pertinentes en la estructura cognitiva del estudiante con las que las nuevas ideas se pueden enlazar de maneras particulares" (Moreno; en Vargas, 2005), en definitiva el aprendizaje no puede ser trivial y por tanto no debe ser medido a la ligera.
Por tanto observar y medir el aprendizaje va más allá de un examen de preguntas y respuestas el cual solo mide la capacidad memorística del alumno y no si realmente aprendió y aprehendió.
Observar el aprendizaje de un alumno requiere del desarrollo de competencias en el docente, ya que se debe tener la habilidad de conocer al alumno, identificar sus intereses, ser capaz de motivar su aprendizaje y valorar el mismo en función de las capacidades del alumno.
Por lo anterior, no podemos descalificar el desempeño de un alumno por no haber aprendido lo que nosotros esperábamos o como nosotros deseábamos que aprendiera, ya que seguramente de cualquier manera hubo un desarrollo del aprendizaje. Debemos tener la capacidad de evaluar al alumno de manera individual reconociendo sus capacidades, habilidades, intereses y actitudes, y fomentando que la motivación sea intrínseca para que se logre que el aprendizaje sea lo más significativo posible.
Debemos tener presente que, de acuerdo a Flavell “el organismo cognoscente es en todos los niveles un agente muy, muy activo que siempre afecta al medio, que construye concretamente su ambiente asimilándolo a esquemas al mismo tiempo que acomoda estos esquemas a las restricciones del ambiente", por lo cual el alumno siempre estará en la disposición de trabajar si las oportunidades de aprendizaje le permiten conocer e interpretar su medio.
Si como docentes observamos, medimos y evaluamos todas esas capacidades del alumno seremos más objetivos en los resultados que reportamos como reflejo del aprendizaje.
“Quien vive para servir,
sirve para vivir”.

CONCEPCIONES DEL APRENDIZAJE CONGRUENTES CON EL ENFOQUE POR COMPETENCIAS


El término aprendizaje es concebido de diferentes maneras, de acuerdo a los objetivos que persigue la educación.
Actualmente, en el mundo globalizador y lleno de cambios y de acuerdo a los objetivos planteados por la RIEMS, el enfoque conductista es el que menos tiene cabida en lo que a la concepción del aprendizaje se refiere, debido a que ve al alumno como mero receptor.
Son varias las concepciones de aprendizaje, presentadas por diversas teorías, que son congruentes con lo que se pretende que el alumno aprenda en el enfoque por competencias.
Una de ellas, la Teoría del Procesamiento de la Información, hace ver la importancia de que el alumno interactúe con el medio, para que de esta manera él capte y filtre la información a partir de las sensaciones y percepciones obtenidas de esta interacción. Tal concepción se relaciona con el enfoque por competencias, en el cual se pretende que los ejemplos (escenarios didácticos) se enfoquen en la realidad y necesidades de los alumnos considerando su entorno.
De la misma manera, el Aprendizaje por descubrimiento también hace mención de la importancia de la “actividad directa de los estudiantes sobre la realidad” (Márques, 1999). Además, otra aportación de esta teoría al aprendizaje por competencias, es la revisión del currículo en espiral, donde la revisión y ampliación de los conocimientos adquiridos debe ser de forma periódica, lo que anula la revisión por temas aislados de los contenidos y nos empuja a utilizar estos últimos como una herramienta y no un fin. Para ello menciona que se debe dar una “experimentación directa sobre la realidad, aplicación práctica de los conocimientos y su transferencia a diversas situaciones” (Márques, 1999).
Otra teoría que aporta una concepción del aprendizaje congruente con el enfoque por competencias, es el Aprendizaje significativo de D. Ausubel, J. Novak (en Márques, 1999), el cual “postula que el aprendizaje debe ser significativo, no memorístico, y para ello los nuevos conocimientos deben relacionarse con los saberes previos que posea el aprendiz”. De acuerdo con esta teoría para que los aprendizajes sean funcionales deben ser de interés y útiles para los alumnos. Esto se relaciona con el aprendizaje por competencias, ya que en este último se hace mención de que todo debe ser relacionado con el medio donde se desenvuelve el alumno y con temáticas que se relacionen con su estilo de vida.
Por lo anterior también la psicología cognitivista tiene cabida dentro del enfoque por competencias, al resaltar la importancia que tienen en el aprendizaje las condiciones externas (circunstancias que rodean los actos didácticos) y las condiciones internas (motivación, captación, comprensión, adquisición y retención).
Una concepción sumamente congruente con el enfoque por competencias es la aportada por el constructivismo, al mencionar que el alumno debe realizar la construcción del propio conocimiento mediante la interacción constante con el medio y que lo que se puede aprender en cada momento depende de la propia capacidad cognitiva, de los conocimientos previos y de las interacciones que se pueden establecer con el medio. Además, en cualquier caso, los estudiantes comprenden mejor cuando están envueltos en tareas y temas que cautivan su atención.
De acuerdo a esta teoría, aprender no significa ni reemplazar un punto de vista (el incorrecto) por otro (el correcto), ni simplemente acumular nuevo conocimiento sobre el viejo, sino más bien transformar el conocimiento. Esta transformación, a su vez, ocurre a través del pensamiento activo y original del aprendiz. Así pues, la educación constructivista implica la experimentación y la resolución de problemas y considera que los errores no son antitéticos del aprendizaje sino más bien la base del mismo.
Considero que la visión constructivista es la que refleja la base del trabajo por competencias, en donde el principal actor del aprendizaje es el alumno y el profesor solo juega el papel de facilitador. El mencionar la importancia de la experimentación y la resolución de problemas refuerza el trabajo propuesto por el enfoque basado en competencias en donde los contenidos solo son herramientas para solucionar problemas de la vida cotidiana del alumno.
Finalmente, si recordamos, una de las bases importantes del enfoque por competencias es el trabajo colaborativo, lo cual favorece la interacción social, aspectos que son resaltados por el socio-constructivismo, el cual destaca que el aprendizaje tiene lugar en un contexto en el que los participantes negocian los significados y en donde, por tanto, aprender es una experiencia social donde el contexto es muy importante y el lenguaje juega un papel básico como herramienta mediadora, no solo entre profesores y alumnos, sino también entre estudiantes. Aprender significa "aprender con otros", recoger también sus puntos de vista. La socialización se va realizando con "otros" (iguales o expertos). En esta concepción del aprendizaje, el aula debe ser un campo de interacción de ideas, representaciones y valores. La interpretación es personal, de manera que no hay una realidad compartida de conocimientos. Por ello, los alumnos individualmente obtienen diferentes interpretaciones de los mismos materiales, cada uno construye (reconstruye) su conocimiento según sus esquemas, sus saberes y experiencias previas.
Por todo lo anterior, podemos concluir que el enfoque basado en el aprendizaje por competencias, tiene sus bases no solo en una teoría sino en aportaciones de varias, lo cual hace de esta propuesta más enriquecedora.

“Quien vive para servir,
sirve para vivir”.